En el volumen 7 de “cosas que deberías estar viendo” les traemos Leaving Neverland, uno de los documentales más terroríficos y difíciles de ver que me ha tocado reseñar.
¿De qué va?
El documental recoge los testimonios de Wade Robson y James Safechuck, dos víctimas sexuales de Michael Jackson. La película basa su narrativa en entrevistas a Robson y Safechuck, así como a sus familiares y amigos cercanos. Estos relatos son complementados por material de archivo donde se muestra a Jackson con los pequeños niños, una vez que conoces el contexto, las imágenes se vuelven terroríficas.
El film de más de 4 horas de duración se divide en dos partes, la primera narra de forma explícita la evolución de la relación de Jackson con los dos menores. La segunda nos muestra las consecuencias psicológicas de los abusos en las vidas de Robson y Safechuck, las dos, en diferentes niveles, son devastadoras.
Velo si te gusta…
Sinceramente no sabemos qué te debe gustar para apreciar el documental, lo que sí les podemos decir, es que si eres fan de la música de Jackson esta cinta es un duro golpe al estómago, ya que desnuda por completo la grotesca personalidad del ídolo del pop.
¿Por qué debería dejar de ver noticias falsas en Facebook para ver Leaving Neverland?
La historia no solo es una prueba contundente sobre la culpa de Michael Jackson en los casos de abuso infantil, su profundidad va más allá, ya que nos revela el poder del dinero en nuestra sociedad. La culpabilidad de Jackson siempre fue evidente, sin embargo, su fama y dinero manipularon a los familiares, justicia y opinión pública para safarlo de su castigo.
Los testimonios de los familiares, afirmando que nunca pensaron que Jackson abusaba de los pequeños, son surrealistas y dolorosos. Saber que esos padres vendieron los cuerpos e inocencia de sus hijos es terrorífico.
Sí, el arte de Michael Jackson quedará como una joya imborrable de la cultura pop, sin embargo, esta película tiene la capacidad de mostrar a Jackson como lo que realmente fue: un monstruo que utilizó su poder para violar sistemáticamente a niños de 7 años en las narices de todos, ni más, ni menos.